FASCIA: la conexión mente-cuerpo-espíritu

Tengo un secreto para confesar. Muchos de ustedes se sorprenderán, otros no tanto. Otros, incluso, quizá se hagan eco de mis palabras, y confiesen a su vez que les sucede lo mismo. En este post voy a estar hablando un poco de mí, les pido que lo lean con paciencia, porque en este tema de la fascia, el sujeto que escribe (yo) y el objeto de dicha escritura (la fascia) están íntimamente relacionados.

Es difícil contarles esto porque implica mostrarles una parte de mí que no le muestro a casi nadie. Ustedes saben que amo la ciencia y la tecnología, que tengo una mente sumamente incisiva y crítica, que no me gusta guiarme por rumores o presunciones, mucho menos por mitos, me gusta investigar y llegar al fondo del asunto. Por sobre todas las cosas, soy una persona lógica y naturalmente escéptica.

Es por eso que quizá les sorprenda enterarse de que también tengo un costado profundamente espiritual y filosófico. No religioso, sino espiritual. Estudio y analizo temas esotéricos con la misma fervorocidad y rigurosidad con la que analizo el comportamiento del sistema linfático en pacientes con autoinmunidad. Ustedes pensarán que el estudio del ocultismo o de temas espirituales es incompatible con una mente que analiza la información de forma lógica y rigurosa, pero créanme que no lo es. Aunque debo reconocer que es un área de conocimiento muy resbaladiza... hay que andar con cuidado porque está lleno de gente e información falsa. Pero justamente a mí no me cuesta diferenciar la paja del trigo, por lo que no me va mal investigando.

Les cuento esto porque, por empezar, creo que es necesario. Forma parte de quien soy, y si bien durante todo este tiempo traté de escribir desde las sombras, hoy siento que debo hacer todo lo contrario, que debo abrir las ventanas de par en par. Además de eso, el estudio de la fascia requiere adentrarnos en terrenos que escapan de la ciencia pura y dura. De hecho, gran parte de lo que se sabe hoy de la fascia se entremezcla con conceptos que harían sentir incómodos a más de un científico convencional. Creo que es por eso también que el estudio de la fascia ha estado tan relegado en las ciencias médicas. Hay ciertos aspectos de la fascia que son un misterio hasta para los mismos científicos.

En el último post les mostré la imagen de un masajeador. Desde que ese post vio la luz, me han preguntado por todos lados dónde se compra, cómo se consigue.  Pero no podía decirlo, porque necesito que antes lean de qué va la cosa. No es ni por lejos tan simple como pasarlo por el cuerpo, y despertarse sin celulitis, sin estrías y sin arrugas.

Yo hace casi 5 meses que me compré el masajeador. Antes de eso, estuve un mes leyendo e investigando del tema. Las fotos de antes y después que la gente publicaba eran realmente pasmosas, parecía algo de ciencia ficción. Tuve que comprarlo y ver realmente con mis propios ojos por qué esta herramienta manual era tan efectiva.

Durante estos 4 meses y pico, mi cuerpo se transformó por completo (y todavía estoy en pleno proceso de transformación), pero lo que me sorprendió realmente descubrir fue lo mucho que se transformó mi espíritu, mi estado de ánimo, mi energía, mi mente.

A medida que desarmaba las adhesiones de fascia de mi cuerpo, iba pasando por un proceso de purga emocional.

Primero, el cansancio, como si hubiese corrido una maratón todos los días.

Segundo, los síntomas de desintoxicación física: mareos, asco a la comida, dolor de estómago, diarrea. Y los moretones... no son lindos de ver, pero no son malos. Ya les explicaré.

Después (y durante) empecé a tener evocaciones: recuerdos de cosas que me sucedieron en la vida. Lo llaman "desintoxicación emocional". Lo mío fue muy leve, hay usuarios que reportan estados de ánimo cambiantes, sueños vívidos, furia inexplicable, llanto inexplicable. También cuentan que han tenido una desintoxicación física más severa, con fiebre, estados cuasi-gripales, erupciones cutáneas, etc.

Después de dos meses de hecatombe emocional (entiendan que a mí esas cosas NO me pasan nunca) vino la luz: una sensación de positividad, de bienestar, de felicidad y conexión que hacía años que no experimentaba. Verán, mi vida es realmente buena: tengo un buen pasar, un marido y un hijo maravillosos, una casa nueva, etc. Sin embargo, durante los últimos años me sentía como dormida, como "antestesiada". Nada me generaba auténtico entusiasmo, no podía encarar ningún proyecto porque todo "me daba lo mismo". Incluso tenía algo que no me había sucedido nunca: tenía miedos, inseguridades. Siempre tuve una personalidad muy fuerte y arremetedora, también he tenido períodos de baja energía, pero esto era una constante pseudo-depresión. De hecho experimenté con diferentes medicaciones para ver si lograba levantar un poco el ánimo.

Y de repente empezó a cambiar todo. Hasta hace poco no había hecho la conexión entre el masajeador y estos cambios anímicos, pero un día tuve un eureka! gigante. Para explicarles mis conclusiones tendría que ahondar en la teoría de los chakras y la filosofía del yoga, aunque todas las corrientes filosóficas hablan de canales energéticos en el cuerpo. Estos canales están en la fascia, y cuando la fascia se bloquea, se estanca la energía y nos sentimos, literalmente, "estancados". Al menos así es exactamente como me sentía yo.

Pero lo interesante no termina ahí. Por qué se enferma la fascia? En el post anterior hablé de cambios hormonales (pubertad, embarazo, pastillas anticonceptivas, menopausia), desbalances en la postura, lesiones físicas, ejercicio exhaustivo, enfermedades, etc. Pero dejé afuera una razón muy importante: los sucesos traumáticos emocionales. 

Recuerdan que les conté que me quisieron robar en la calle, y que me puse rígida y no me podían mover entre dos personas? Bueno, la fascia reacciona de formas similares cuando lo que nos sucede es emocional. Así como pensar en hablar en público nos da taquicardia, discutir nos da náuseas, llorar nos hace doler el pecho, etc., las emociones y los sucesos traumáticos y dolorosos dejan huella en la fascia. Esta observación mía es anecdótica, pero no notaron que las personas con mayores problemas físicos son aquellas que sufrieron situaciones límite en su vida? Abusos, accidentes, pérdidas de seres queridos... Todo queda impreso en la fascia. La fascia se endurece, se transforma en una armadura (literalmente, se endurece como si tratara de protegernos de un peligro real físico, como un tigre que nos va a atacar) se enferma con nuestros padecimientos emocionales. 

A alguien le hace "ring ring ring" la cabeza??

La fascia se enferma por nuestros problemas emocionales y por problemas físicos, y eso genera una cascada de enfermedades y síntomas, entre ellos, problemas estéticos: celulitis, flaccidez, arrugas, piernas hinchadas, desbalances hormonales y metabólicos, y largos y largos etcéteras. Algunas personas, dependiendo de nuestra expresión genética, que es única, se enfermarán más que otras. Las mujeres somos especialmente sensibles a las enfermedades de la fascia, es por eso que la fibromialgia es casi exclusivamente una enfermedad femenina. Nuevamente, no es casualidad! Las hormonas realmente juegan un papel muy grande en todo esto.

Van entendiendo un poco a lo que voy? La estética y la salud están estrechamente ligadas. Las personas con obesidad, que no pueden adelgazar porque las dietas les funcionan mal, porque las acosan los antojos, porque no pueden dejar los dulces, son personas con fascia enferma. Todo su sistema linfático y circulatorio funciona mal porque la fascia impide que funcione bien. Sus hormonas son un caos. Su cuerpo retiene grasa adentro del tejido enfermo, grasa apisonada a la que no le llega el oxígeno y que es casi imposible de quemar. Yo he visto con mis propios ojos mujeres obesas, mujeres con sus cuerpos deformes, perder kilos y kilos sin cambiar un ápice su dieta! Solo tratando la fascia.

Por último, quiero comentarles que uno de los últimos "descubrimientos" que hice, fue la conexión alimentación-fascia. Otra de las razones por la que se enferma la fascia, por la que se nos deforman los muslos con celulitis, es la cantidad de toxinas con las que andamos por la vida. Por eso usar el masajeador provoca una "detoxificación". Las toxinas de la comida, de la polución, de los medicamentos que tomamos, de todo lo que ingresa nuestro cuerpo y no logra eliminar, se almacena en la grasa atrapada en la fascia y en el líquido intersticial, que es el líquido que es procesado por el sistema linfático.

Como les comenté siempre, tratar la fascia no es tan sencillo. Además de la detoxificación física y emocional, hay otro efecto secundario que es pasajero, pero molesto y sobre todo, asusta si no sabemos por qué sucede: liberar la fascia provoca moretones.

Para comprender por qué se forman estos moretones, que difieren de los moretones por golpes, debemos conocer la fisiología del sistema circulatorio. Todos estos posteos son introductorios, no crean que se puede tratar realmente el tema en 3 posteos, ni en 10, ni en un único libro siquiera. Simplemente voy a mencionar que nuestro cuerpo está cubierto de vasos sanguíneos y capilares, y que estos quedan atrapados en la fascia cuando se endurece y apelotona. Al trabajar la fascia para liberarla, estos vasos sanguíneos y capilares se rompen y dejan salir la sangre. Todo esto pone en marcha el proceso de curación del cuerpo. Los moretones duran pocos días y, al contrario de lo que se puede creer, no duelen.

Más allá de todo lo que dije, tratar la fascia requiere de calor al momento de masajear, y de una serie de masajes hechos de una forma específica y con una presión determinada, todos temas que deberán ser tratados en profundidad en sucesivos posteos.

Pero como les prometí que les iba a dar el nombre del masajeador, aquí va: Se llama Fasciablaster. Su creadora es Ashley Black. A ella también le quiero dedicar un post entero. Gracias a ella descubrí todo esto, y si bien ahondé en conocimientos mucho más allá que lo que ella enseña, sin su valioso aporte y su generosidad al compartir conocimientos, hoy no estaría yo escribiendo esto.

De hecho, Ashley Black no descubrió nada nuevo, solo lo masificó produciendo una herramienta y unas técnicas que permite que uno pueda tratarse en su propia casa. Además de eso, hizo una conexión muy valiosa: la conexión fascia-celulitis. Ashley se paró encima de los hombros de técnicas milenarias como el gua-sha, el shiatzu, la acupuntura, el yoga, y en trabajos como los de Ida Rolf, quien habla mucho de la conexión fascia-espíritu. Yo espero poder pararme encima de los hombros de Ashley, y poder ir también más allá en los descubrimientos de esta fascinante ciencia. Realmente, un método que permite deshacerse de la celulitis en tu casa, rebajar toda grasa que te sobra sin hacer dieta, alisar las arrugas de la cara y expulsar los comedones mucho más rápido que la tretinoína... entienden mi entusiasmo? Y apenas estoy contando unas pocas cosas de todo lo que se puede lograr tratando la fascia...

Recuerdan que en el primer post les anticipé que esto en unos años va a explotar? En gran parte se debe a Ashley y su incansable trabajo. Su forma particular de presentar esta información, y de enseñar a tratar la fascia, me ha cambiado el cuerpo, la mente y el espíritu, y me ha incentivado a hacer lo mismo desde mi posición: ayudar a otros, dar a conocer la información, e ir incluso mucho más allá. Quiero que el masajeador esté disponible para nuestro mercado latino a un precio asequible. Actualmente encargarlo en su página web y hacerlo enviar a la Argentina ronda los $3800 (unos 250 dólares). A otros países variará el precio, dependiendo más que nada de los impuestos de importación vigentes.

Yo, por mi parte, estoy desarrollando mi propia versión, por inquieta, por entusiasta, y "porque puedo", como dice mi marido. Tengo todos los recursos, incluído al diseñador y programador (el susodicho marido) y las impresoras 3d que fabricó, con las que vamos a hacer el prototipo. Creo que el diseño de ella, si bien es muy bueno, se puede mejorar muchísimo. En realidad lo estoy desarrollando para mí misma, no para comercializar, pero tampoco lo descarto, quizá en un futuro.

Y por último les cuento que tomé una decisión que viene rondando en mi mente desde hace bastante tiempo: voy a estudiar Medicina. Después de todo, me paso varias horas al día estudiando el funcionamiento del cuerpo, puedo hacer lo mismo en la Universidad. Esta decisión que finalmente tomé me ha llenado de felicidad. Creo que estoy en el camino correcto.

Los dejo por ahora. Por si no lo saben, me pueden encontrar en el nuevo grupo de facebook de Estetica Real (click acá). Hasta la próxima!

Silvana.